martes, 11 de septiembre de 2012

EL DESPOTISMO ILUSTRADO:
A pesar de que los filósofos ilustrados criticaron la política y la sociedad de su época, no pretendieron que los cambios se dieran por la vía revolucionaria; confiaban más bien en un cambio pacífico orientado desde arriba para educar a las masas no ilustradas. Varios monarcas aceptaron las ideas propuestas por la ilustración y dieron origen al despotismo ilustrado.
Los problemas del Estado absolutista requerían de la colaboración de hombres calificados y con nuevas ideas, dispuestos a reformar e impulsar el desarrollo político y económico de las naciones. El monarca ilustrado es un soberano que acepta los principio de la Ilustración y deseo ponerlos en práctica para lograr una mayor eficiencia del Estado, en beneficio de éste y de los súbditos.
El temor a la innovación es sustituido por una creencia en la posibilidad de alcanzar un futuro mejor, no por un cambio súbito, sino por una paciente labor educativa y legislativa, para la cual se necesitaba la colaboración de los ilustrados, cuyas ideas no constituían un pensamiento meramente especulativo, sino se convertirían en programas de gobiernos y se llevarían a la práctica.
REPRESENTANTES DEL "DESPOTISMO ILUSTRADO":
FEDERICO II DE PRUSIA: Con el propósito de robustecer al Estado prusiano, Federico el Grande alentó la difusión de las ideas de la Ilustración y convirtió a la corte del palacio en el centro del absolutismo ilustrado. El también llamado "Rey Filósofo" manifestó una constante admiración por el pensamiento de los ilustrados franceses.
MARÍA TERESA Y JOSÉ II DE AUSTRIA: María Teresa (1.740 – 1.780) fue una soberana muy religiosa, quien orientada al conservadurismo, gobernó con un estilo paternal y promovió reformas de alcance limitado. En cambio su hijo menor y sucesor, José II (1.780 - 1.790) fue uno de los más característicos representantes del absolutismo ilustrado. Su corto reinado estuvo pleno de atrevidas innovaciones y, sobre todo, de pensadores opuestos a la supremacía de Roma en materia de organización eclesiástica. Una de las reformas más trascendentes de José II fue la supresión de la servidumbre de los campesinos en todos los estados del territorio, que permitía a estos abandonar libremente sus tierras, los campesinos no estarían ya obligados a la prestación del trabajo ni al servicio doméstico y no necesitarían permiso para contraer matrimonio. José II pretendió uniformar bajo las mismas normas a todos los pobladores de aquel Estado multinacional y, al hacerlo, hirió tradiciones muy arraigadas y creó inconformidad.
CATALINA LA GRANDE DE RUSIA: (1.762 - 1.796) Durante el reinado de Catalina se destacó la reunión de una asamblea de diputados representantes de todos sus dominios, que redactaron cuadernos de peticiones entre las que se contaba la abolición de la servidumbre.
CARLOS III DE ESPAÑA: (1.759 – 1.788) Se rodeó de un reducido grupo de ilustrados que, junto con los ministros del rey, de manera particular Pedro Rodríguez de Campomanes y después con el Conde Floridablanca, decretaron algunas reformas (entre ellas las llamadas "reformas borbónicas", que afectaron a las colonias de ultramar), con el propósito de hacer más eficiente la administración del Estado.

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